¿Es tan mala la CODICIA?

Traigo a la luz del este año 2022 una entrevista del 25 de octubre 2008 del empresario chileno Jorge Errázuriz, en donde re define el concepto de la “codicia”.

¿Y esta publicación de hace 14 años qué vigencia tiene hoy? Según mi opinión, un 100%. Es la CO-DI-CIA que nos ha llevado a crear una sociedad deshermanada, con una pulsión enferma por alcanzar el primer millón (de lo que sea) prontamente.

Quién no haya leído las reflexiones de este "gran" referente de los empresarios en la publicación de El Mercurio, le facilito algunas de sus reflexiones y otras de quienes "le contestan"... veamos.


"Estigmatizar la codicia le ha hecho mal a Chile... que es algo malo, que uno se va a ir al infierno…Pero tenemos que incentivarla, si no hay codicia, nadie va a crear una empresa...El ser humano y el mercado funciona en base de la codicia y el miedo.

Míralo en los animales: ven un potrero todos corren a comérselo, la codicia... el ser humano se mueve en manadas igual que los animales... necesitamos muchos nuevos ricos, mucha gente con codicia..."

¿Qué surge en usted al leer esto?

¿No es un atentado a la civilidad y convivencia? 

¿No contradice todo lo que se enseña en la escuela? Cuando se implementar planes de mirada de país, de apertura hacia la realidad social, de formar una mayor conciencia por la repartición de la riqueza?

Este Señor nos llama a una demencial propuesta: crear un país de violentos antropófagos, que se fagociten unos contra otros, en quererlo todo, lo de todos.

Siguiendo su mal ejemplo de los caballos Señor Errázuriz, un caballo no compite contra otros para comer más praderas o para llenar sus silos... tampoco la sociedad es una "manada", somos personas que nos necesitamos unos de otros a partir de la solidaridad.Le dejo algunas ideas de hombres sabios:

"Quieres ser rico? (Jorge)Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en  disminuir tu codicia". Se lo dice Epicuro de Samos  año 341 a.C.

“No me negarás, Alexandre, que tenías más salud siendo Rey de Macedonia que no ahora que eres señor de toda la tierra; porque los trabajos excesivos hacen a los hombres no estar concertados. No me negarás, Alexandre, que cuanto más ganas y tienes, crece en ti más el apetito de ganar y tener; porque al corazón que arde en llamas de codicia no le han de cargar de leña de riqueza, sino ahogarle con tierra de la sepultura”. (Antonio de Guevara
. Reloj de Príncipes
, Valladolid 1529).

Una más reciente:  

“La codicia es la otra gran emoción que mueve muchas veces los entornos económicos. Este sentimiento no es generalizado. Hay muchas personas que no entran en la escalada de enriquecimiento a toda costa” . (José María Gasalla, profesor de la escuela de negocios Esade y escritor, España 2008).

Un autor chileno: 

“La codicia fue el pecado original que fracturó el alma de la tierra.  Arrastra grilletes y harapos. Escapó del infierno y se enquistó entre los hombres para dividirlos. Los ha repartido por difusas soledades que se fagocitan, trastorna las almas en locura de egoísmo. Es la codicia. 

Es tiempo de frenarla. Qué espíritus fraternos procuren reconquistas. Blindaje de oraciones desmonte sus mentiras. Sembrar con sacrificio un campo necesario. Vayamos con el viento hermanando un compromiso. Un nuevo fundamento que rompa la avaricia.”    (Hernán Narbona Véliz, poeta chileno , 2008).

"La codicia y la avaricia generan deslealtad, traición deliberada -especialmente para el beneficio personal- como es el caso de dejarse sobornar o exigir la recompensa ilícita  antes de que los hechos se produzcan. Es también la búsqueda y acumulación de dinero, objetos y posesiones de todo tipo (incluidas personas) mediante el abuso de poder de cualquier tipo, la estafa, el robo, el secuestro y el asalto en todas las variedades imaginables. Todo ello valiéndose del engaño, el poder económico y político, los variados mecanismos de presión, la manipulación, la tergiversación o descalificación de las leyes que estorban, pasando por encima o engañando a las autoridades íntegras y de todo lo que puede quedar de limpio del entramado social y económico de la sociedad. Si algo se interpone en la codicia humana, sencillamente hay que cambiarlo o destruirlo". (2022: Javier del Arco es Biólogo y epistemólogo. Editor del Blog Biofilosofía de Tendencias21.).

Es tiempo de levantar la mirada, de ver tanta publicación y tantos gurúes que atentan contra lo esencial de la vida de un país: su convivencia.

Es tiempo de mantener la conciencia activa y despierta, especialmente aquellos que no tenemos acceso a los macro cambios, que no bajemos la mirada, que no dejemos pasar reflexiones brutales como la de este señor que es presentado como modelo de éxito y prototipo de un ejecutivo eficiente, puede que lo sea, pero ¿a qué precio?

¿Será que no entiende bien el significado de sus palabras?: “Codicia: Un deseo o apetito ansioso y excesivo de bienes o riquezas: es un avaro cuya codicia no tiene límites”. (Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe S.A., Madrid).

Al leer al Señor Errázuriz, lo imagino como quien desea mostrarse como un modelo a seguir. ¿Qué pasaría si nuestra juventud siguiera sus enseñanzas? ¿No tendríamos un mundo de brutales consecuencias en que el vivir sería la codicia, el deseo excesivo de poseer muchos bienes y riquezas... a cualquier precio, logrando una brutal conexión entre los bienes materiales (por cierto necesarios) y la calidad de vida centrada en ellos.

Como educadores soñamos con jóvenes emprendedores, creando empresas y trabajos, ganando sueldos dignos, creando riqueza repartida con justicia, logrando los bienes necesarios para vivir, pero también pensando en el país que soñamos más allá de la locura de tenerlo todo, lo de todos.

Gracias a Dios que existen jóvenes educados por padres que les han enseñado a conjugar el verbo dar, compartir, competir solidariamente, crecer con otros... ¿locura?, mayor locura es la liberalización del concepto de codicia, una locura que ojalá sea rechazada por muchos, de los que creemos que es posible convivir socialmente de una forma totalmente contraria a la de este señor, a pesar de que nuestra voz valga poco... no bajemos la mirada, no anulemos nuestras protestas y propuestas.


OJO:Este mensaje debe ser repartido a lo menos a 10 personas, sino el Señor Errázuriz se convertirá en el mago de la tribu y nos convertirá a todos en sapos para adornar sus hermosos jardines… no se ría, puede que en este momento su mente, sino se rebela contra estas cosas, ya se esté poco a poco convirtiendo en la de un amable y paciente batracio.

Equipo Fundación Amares